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Opinión. Pandemia. El desafío de la salud bucal

05/04/2021

La CORA analiza que ha sucedido con la salud bucal de la población durante el último año en el contexto de la pandemia, e insta a la población a concurrir a la consulta

Ha transcurrido ya más de un año de pandemia por el SARS-CoV-2 y empezamos a hacer un balance de lo acontecido a nivel mundial en el área de salud bucal; observamos, en primer término y de acuerdo a estadísticas de distintas instituciones a lo largo y ancho del planeta, que claramente los odontólogos resultamos a la postre una de las profesiones con menor tasa de infección, muy por debajo de otros profesionales sanitarios. Pese a la exposición directa al trabajar a cincuenta centímetros de los pacientes y de las calamitosas proyecciones que se hicieron al comienzo de la aparición del virus, hoy y por razones de fácil explicación (conductas preventivas adquiridas en la práctica desde hace años, uso de equipamiento de protección en forma rutinaria, lavado constante de manos, etc.), vemos una realidad bastante más benigna
que la pronosticada.

Sí es cierto que empezamos a visualizar una situación preocupante en la salud bucodental de nuestros pacientes. Transcurrido este año de aislamiento estricto al principio, algo más laxo después, con el correr de los meses vemos en la consulta diaria las consecuencias de un menor cuidado de las normas de higiene. Los pacientes manifiestan haberse cepillado menos durante la pandemia, han picoteado más entre comidas y, sobre todo, han pospuesto sus consultas de control durante meses. Como consecuencia el estado bucodental se ha deteriorado significativamente, sobre todo en aquellos pacientes de alto riesgo. Esto se debe sobre todo a la poca y lógica falta de conocimiento certero de lo que estábamos enfrentando todos: ciudadanos, autoridades y profesionales.

Las modificaciones de conducta de las personas han llevado a un descontrol en los cuidados de su salud en general, han modificado fuertemente sus rutinas y hábitos, y no siempre para mejor. “Estamos ante una catástrofe dental”, afirmó el Dr. Gerhard Konrad Seeberger, presidente de la Federación Dental Internacional. Argumenta que a partir de las restricciones impuestas (el 77% de los países reportaron una interrupción parcial o total de servicios dentales), muchas personas fueron reticentes a concurrir a la consulta, pero esto solo no explica toda la situación. En estudios realizados en sitios tan diversos como Egipto, Portugal, Colombia o India, es posible observar una modificación de las rutinas diarias de las personas y por consiguiente en sus hábitos de higiene personal -específicamente, bucodental-, incremento de ingestas de alimentos no habituales y potencialmente más dañinos para las estructuras estomatológicas, y el abandono de la frecuencia de controles con el profesional.

Hoy debemos hacer hincapié, tal como lo expresa el Dr. Seeberger, en que la población no debe tener miedo de ir al dentista. La salud bucodental es un elemento crucial para la salud general y una buena calidad de vida. 

Colegas, a enfrentar un nuevo desafío.

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