La Dra. Silvia Malchiodi se desempeña en el ámbito público y privado. Además, es coordinadora provincial y regional del Departamento de Prevención de la Asociación Odontológica de Rosario (ASOR). Habla sobre su pasión por el arte del mosaiquismo y realiza un paralelismo con el ejercicio de la odontología
La Dra. Silvia Malchiodi se recibió de odontóloga en 1992 y desarrolla su actividad profesional como jefa de sector del servicio de Odontología del Hospital Intendente Carrasco de Rosario, provincia de Santa Fe, desde 1993 a la actualidad. En el sector privado ejerce la odontología general con especialización en ortopedia funcional de los maxilares y ortodoncia. Además, es coordinadora provincial y regional del Departamento de Prevención de la Asociación Odontológica de Rosario (ASOR).
Su pasatiempo
La Dra. Malchiodi complementa su ejercicio profesional con la práctica del mosaiquismo: “Si bien comencé hace aproximadamente tres años, siempre fue un arte que atrajo mi atención. Nunca había pensado en aprender esta técnica hasta que una amiga que se inició en el arte del mosaico, me inspiró a hacerlo y a buscar información”, cuenta.
De manera autodidacta, la colega comenzó a buscar información por internet y tomó un curso virtual. “Me animé a adquirir los materiales y el instrumental necesario, y desde mi primer modesto trabajito, no paré de realizar piezas nunca más”, agrega.
El vínculo entre la odontología y el arte
La Dra. Silvia Malchiodi explica que el mosaiquismo es un arte que está relacionado de alguna manera con la forma en que ella realiza su trabajo profesional, ya que la odontología es ciencia y es arte. “Sin duda que la armonía de lo bello está relacionado con la salud. Por otro lado, el mosaiquismo requiere tanto como la odontología de paciencia y detalle”, agrega.
“El mosaiquismo es una práctica en la que se puede desarrollar mucha creatividad y existen numerosísimas técnicas para llevarlo adelante, lo cual hace muy versátil su ejercicio y los resultados me sorprenden”, suma la Dra. Malchiodi.
La odontóloga enfrenta a diario una actividad muy intensa en su trabajo profesional: “No puedo dedicarle a este afición que tanto me apasiona, el tiempo que me gustaría pero sé que ya vendrá ese momento en que pueda practicarlo sin restricciones”, aclara.
Por último, comparte sus próximos pasos en las dos tareas que comparten hoy en día su cotidianeidad: “En odontología me desempeño en todo lo relacionado con la ortodoncia digital y realización de ortodoncia con placas. Y en el arte del mosaiquismo estoy por tomar un curso de una técnica especial”.
El mosaiquismo
Los orígenes del mosaiquismo son remotos. En Europa este tipo de arte empezó a popularizarse a finales del siglo V antes de Cristo, cuando se llevaba a cabo con pequeños guijarros o cantos de río.
Tanto en la Antigua Grecia como en el Imperio Romano se realizaron importantes obras de arte y arquitectura de mosaicos.
Desde el siglo IV hasta el Renacimiento fueron muchas las iglesias y basílicas de Italia decoradas en su interior o exterior con mosaicos.
A fines del siglo XIX y principios de XX, una de las figuras que más los empleó fue el célebre arquitecto catalán Antoni Gaudí.
Un mosaico es un trabajo artístico producido a partir de la combinación de numerosos fragmentos de piedras o vidrios, conocidos como teselas, unidos por aglomerante con el fin de dar forma a la composición.
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