La capacitación docente y los talleres para padres y alumnos son la clave para que la CNP llegue a una población a la cual nunca se había logrado cubrir en materia de educación y atención bucal
El Programa de Prevención del Círculo Odontológico de Catamarca tiene por objetivo lograr una población libre de enfermedades bucodentales, focalizado en los grupos considerados más vulnerables que tienen menos acceso a la información o al contacto directo y periódico con un profesional odontólogo. Sus principales destinatarios son los niños en edad escolar y, en particular, de las localidades más alejadas de los centros urbanos. Las Dras. María de los Ángeles Herrera e Ivana Colliva, coordinadoras de la Comisión Nacional de Prevención en Catamarca, señalan: “Se trata de un programa que es central en la salud bucal de la provincia”.
Con el apoyo incondicional del Círculo Odontológico de Catamarca y de los organismos oficiales de la provincia vinculados a la salud y la educación, la CNP lleva adelante una nutrida agenda: “Esta ayuda nos permite organizar actividades y hacer los traslados necesarios al amplio territorio que componen las comunidades que abarcan casi cien mil kilómetros cuadrados”, subrayan las profesionales.
Una provincia pionera
La CNP Catamarca trabaja en la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades bucales desde el inicio del programa nacional, lanzado en 1996. “Nuestra provincia, como buena alumna, ha tomado sus objetivos como un mandato, cumple con sus metas y ha llegado a superarlas. Lo hace intensamente con un grupo permanente que no ha cesado en esta labor tan humana y apasionante a pesar de haber hecho el lógico recambio generacional entre sus integrantes”, cuenta la Dra. María de los Ángeles Herrera, excoordinadora de la CNP en el ámbito nacional.
Superar adversidades
“Una de las dificultades que tenemos -comparten las odontólogas- es que Catamarca es una provincia muy grande, con dificultades geográficas importantes, lo que hace difícil el acceso a distintas localidades alejadas en zonas rurales. Hay niños en situaciones de vulnerabilidad por razones socioeconómicas. Estas cosas hacen que muchas veces el acceso al sistema sanitario sea difícil, con la consecuente repercusión en la salud de esta población. Por esto buscamos llegar a esos niños y apuntamos a la formación de hábitos saludables a través de la escuela”, explica la Dra. Colliva.
CNP en acción
La labor está a cargo de profesionales odontólogos asociados al Círculo Odontológico de Catamarca, coordinados por la CNP en colaboración con otros colegas que trabajan en áreas asistenciales de los ámbitos municipal, provincial y nacional. “La interacción con docentes, alumnos y familias es de gran relevancia, así como el apoyo de autoridades sanitarias y de educación en cada una de las locaciones donde se planifica intervenir”, suma la Dra. Colliva.
La principal actividad es la capacitación a docentes que se hace al iniciar el ciclo lectivo. La tarea se centra en la salud bucal y la prevención de las enfermedades más prevalentes; “Creemos fundamental lograr la continuidad en el aula y para ello trabajamos con los docentes y los alumnos. También hacemos talleres con padres, con alumnos en diferentes formatos de capacitaciones”, precisan Colliva y Herrera.
La comunidad
“La relación con la comunidad es en general excelente, la predisposición para integrarse al programa es muy buena ya que rápidamente comprenden que se trata de una ayuda calificada que no siempre tienen la posibilidad de recibir. Consideramos que las intervenciones con los escolares bien predispuestos es una gran oportunidad que no debemos desaprovechar. Justamente, ese es uno de nuestros puntos fuertes: el vínculo del guardapolvo blanco. Todos enfocados en la misma idea de tener una boca sana”, cuentan las Dras. Herrera y Colliva.
En el caso de la salud maternoinfantil sucede lo mismo. “La relación es muy cercana ya se trata de mujeres embarazadas, madres de lactantes o niños pequeños que aún no van a la escuela. Siempre manifiestan predisposición”. A su vez, el convenio con el área Salud Pública posibilitó potenciar las acciones en el marco de las actividades que coordina la CORA, institución que permite llegar a cada lugar del país.
Desafíos
“Atender a cientos de niños que nunca antes habían abierto su boca para que un odontólogo la revise, es de por sí una meta superior que hemos conseguido. Con el Programa de Prevención en Salud Bucal hemos llegado adonde nadie había llegado con anterioridad y esa es una gran satisfacción que tenemos como profesionales de la salud”, sostienen con orgullo las coordinadoras provinciales.
Los objetivos a futuro se centran en dar continuidad a la iniciativa en las escuelas de la provincia, ampliar la cantidad de niños objetivo e incorporar nuevos profesionales a la Comisión Nacional de Prevención.
Por último, María de los Ángeles Herrera e Ivana Colliva agradecen especialmente al Círculo Odontológico de Catamarca: “Desde el inicio de la tarea hace veintiséis años entendió que la salida a la comunidad es parte de la actividad institucional y apoyó cada acción que desarrollamos”, finalizan.
LABOR EN LA PUNA CATAMARQUEÑA
“Una hermosa experiencia -describen las odontólogas- fueron las visitas a las escuelas-albergue de Culampajá y de Aguas Calientes, ambas en el norte de Belén en la Puna catamarqueña. Son escuelas de comunidades de altura, donde los profesionales llegaron con una idea inicial, pero se encontraron con niños que estaban semanas sin ver a sus papás, todo para poder educarse en esta escuela, a cargo de un docente que hace de padre y de maestro”, cuentan las Dras. Herrera y Colliva.
“Sin luz eléctrica y con una alegría de vernos, de recibirnos, no solo esperándonos por su salud bucal sino por el simple hecho de ver a alguien que hable de otra cosa, que traiga otra información, otra historia. El compartir juegos, la comida y las charlas ha sido más enriquecedor, y a partir de ello, pudimos generar hábitos saludables para que se cuiden”, relatan.
La situación geográfica dificulta el acceso a la atención en el caso de alguna urgencia o problema grave de enfermedad bucal. “Es fundamental prevenir en esos lugares remotos”.
Las odontólogas sienten que el principal vínculo que establecen con estas poblaciones es emocional: “Muchas escuelas con las que hemos tenido contacto hace muchos años nos siguen hablando para que les mandemos material, y eso quiere decir que el vínculo no se acaba con la visita sino que perdura. Y de eso se trata este trabajo”, enfatiza la Dra. Herrera.
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